POR UN PLANETA SIN CONTAMINACIÓN POR PLÁSTICOS

En 2023 se conmemoran los 50 años del Día Mundial del Medio Ambiente, el cual fue establecido por las Naciones Unidas en 1972. El lema para este año es “Sin contaminación por plásticos”, en el  contexto de las negociaciones para un instrumento internacional legalmente vinculante para frenar este grave problema.
Foto: Pixabay/Hamsterfreund.

El 15 de diciembre de 1972, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente con el fin de “hacer más profunda la conciencia” de los problemas ambientales globales y para promover la acción de los gobiernos frente a éstos. Desde entonces, esta fecha se volvió relevante para visibilizar las causas y soluciones frente a la contaminación, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, entre otros temas, que considere acciones a todo nivel: desde políticas públicas hasta prácticas comunitarias e individuales. 

En 2023, en colaboración con el gobierno de Costa de Marfil (CÔte D’Ivoire), se impulsa la agenda para enfrentar la contaminación por plásticos, sobre todo en el océano.

¿Un invento revolucionario?

Los plásticos son un invento reciente de la humanidad a partir de, paradójicamente, su conocimiento sobre la Naturaleza. Conocidos como polímeros sintéticos, se encuentran inspirados en la celulosa, material presente en paredes de las células de las plantas. Entonces, ¿estamos rodeados de polímeros? Exactamente. No obstante, la composición de los polímeros naturales es muy distinta a su “pariente” artificial. 

Desde su descubrimiento en el siglo XIX, se buscó replicar la celulosa vegetal u otros polímeros de manera sintética. Por definición, los polímeros son una larga cadena de moléculas que cumplen diversas funciones biológicas esenciales, como la secuencia de ADN o las proteínas. Un biopolímero conocido es el caucho, también llamado “hule” y se utiliza como materia prima para la elaboración de los neumáticos. 

El responsable del primer polímero sintético fue el inventor estadounidense John Wesley Hyatt. En 1869, fue contratado por una empresa para crear un sustituto del marfil. Al mezclar algodón con otros compuestos consiguió crear un material único y dúctil, capaz de transformarse para replicar no sólo el marfil, sino también el carey o el lino. Este fue el primer paso de una industria que impulsó el desarrollo de nuevos plásticos, cada vez menos dependientes de materiales naturales, que usan células de carbono presentes en el petróleo y otros combustibles fósiles. Dicha revolución se autodenominó como la alternativa para salvar a los elefantes, las tortugas o las plantas, ya que no se tendría que arrasar con éstos para obtener materia prima.

Bola de billar elaborada con celuloide a partir de la invención de Wesley Hyatt.
Fuente: Museo Nacional de Historia Americana

Con este invento apareció la baquelita, el plexiglás, el nylon y otros derivados. Según el Instituto de Historia de la Ciencia de los Estados Unidos, “las posibilidades de los plásticos dieron a algunos observadores una visión casi utópica de un futuro con abundante riqueza material gracias a una sustancia económica, segura e higiénica que los humanos podrían moldear a su antojo”.  Sin embargo, no contaron con que a mitad del siglo XX los plásticos estarían en todos lados y, debido a su gran resistencia, no desaparecían. Es así como crecieron las preocupaciones sobre su capacidad de contaminación al ambiente.

LOS PLÁSTICOS HOY

A fines del siglo XX se comenzó a hacer evidente que los plásticos representaban un gran porcentaje de los residuos. Con la aparición de los movimientos ecologistas, las pruebas científicas sobre el ciclo de vida de los polímeros sintéticos y su daño al ambiente, se generó una corriente de opinión pública que comenzó a cuestionar el uso de estos materiales y demandar la atención de los gobiernos para frenar el daño que ocasionan. 

Hoy no sólo estamos rodeados, sino inundados de plásticos.

Según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se producen anualmente 400 millones de toneladas de plásticos, lo que representa el 50 % para un sólo uso, de los cuales menos del 10 % se logra aprovechar por medio de la reutilización o el reciclaje. Lo peor es que afectan considerablemente a los ecosistemas, en un escenario distinto al sueño inicial de la industria. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estima que alrededor de 23 millones de toneladas de estos residuos terminan en océanos, ríos y lagos, ocasionando la pérdida de fauna marina y continental, la degradación de los corales y otros efectos colaterales, sin mencionar, desde luego, las islas de plástico y los microplásticos.

Evolución de la producción global de plásticos. Fuente: Our World in data.

La situación en Latinoamérica y el Caribe es también complicada. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) señala que dicha región es el cuarto productor de desechos plásticos del planeta. Asimismo, según datos del Hub de residuos sólidos y economía circular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el 40,8 % de los residuos generados por plásticos son lanzados al ambiente. No se conoce el destino del 8,7 % de éstos y sólo 4,3 % fueron aprovechados, cifra que se encuentra por debajo del promedio global. 

Para el caso peruano, la ONG “Oceana” señaló que se consumen alrededor de 950 mil toneladas de plásticos al año. En el Área Metropolitana de Lima y Callao, que ocupa la capital del país, se generan más de 886 toneladas de residuos de plásticos, y se aprovechan apenas una cuarta parte. El resto termina en ríos y el mar. Por lo tanto, se convierte en un asunto de salud pública debido al alto consumo de pescado en todo el país.

Contaminación por plásticos en la Costa Verde – Lima. Fuente: Agencia Andina

LA LUCHA CONTRA LA CONTAMINACIÓN POR PLÁSTICOS

En 2021, el PNUMA publicó el informe “De la contaminación a la solución: una evaluación global de la basura marina y la contaminación por plásticos”, en el cual se señala que “una reducción drástica del plástico innecesario, evitable y problemático es crucial para enfrentar la crisis global de contaminación”. Se lograría reducir la contaminación por plásticos en un 80 % para 2040 si adoptamos medidas inmediatas de reutilización, reciclaje, reorientación y diversificación a fin de abandonar el uso de plástico, señalan los expertos.

Existen varias iniciativas para reducir significativamente este tipo de contaminación. Costa de Marfil, anfitrión del Día del Medio Ambiente de este año, prohibió el uso de bolsas plásticas en todo su territorio, convirtiéndose en uno de los pioneros a nivel global. En Perú, en 2018, entró en vigencia la Ley Nº 30884, que regula el plástico de un sólo uso y los recipientes o envases descartables, convirtiéndose en uno de los referentes a nivel sudamericano.

Por otro lado, la fundación Ellen MacArthur con PNUMA promueven el Compromiso Global por la Nueva Economía del Plástico, un pacto para fomentar una economía circular de este material bajo los principios de eliminar los plásticos que no necesitamos, innovar para que el plástico sea reutilizable, reciclable o compostable y circular todos los artículos de plástico que utilizamos para mantenerlos fuera del ambiente. Este acuerdo fue suscrito en América del Sur por los gobiernos de Perú y Chile o las municipalidades de Sao Paulo (Brasil) y Buenos Aires (Argentina).

Entre el 29 de mayo y 2 de junio de 2023 se llevó a cabo en París (Francia) la segunda sesión del Comité de Negociación Intergubernamental para desarrollar un instrumento global legalmente vinculante sobre contaminación por plásticos y el ambiente marino (INC-2). En el encuentro participaron delegaciones de 175 países que acordaron la elaboración de un borrador del acuerdo para noviembre de este año. Pese a la presión de la industria y los intereses contrarios de algunos países, se espera contar con un acuerdo ambicioso, respaldado por la ciencia y el soporte internacional de organizaciones no gubernamentales, activistas y ciudadanos. Cabe destacar el papel de Perú en las negociaciones, que contó con el embajador Gustavo Meza-Cuadra como presidente de la mesa.

Fuente: Twitter de Bernardo Roca-Rey.

Para concluir, vale la pena mencionar algunas iniciativas que trabajan para enfrentar la contaminación por plásticos en el Perú, tales como SINBA, Recidar o Ciudad Saludable.

Bonus track: Mira Plastik, una historia para llamar la atención sobre la contaminación por plásticos.